Friday, June 22, 2007

Veinte consejos para educar mal a un hijo

Como podemos educar mal a nuestr@ hij@, aquí van unas cuantas ideas:
  1. Comprarle todo aquello que nos pida
  2. Darle siempre la razón cuando tenga un problema
  3. Dejarle que hable mal, tod@s sus amig@s lo hacen
  4. Ponerle un televisor y/o un ordenador en su habitación (con acceso ilimitado a internet por supuesto y si puede ser con la playstation)
  5. Avergonzarnos cuando hace una rabieta
  6. No darle abrazos ni besos, ni decirle lo importante que es para nosotr@s
  7. No exigirle en relación a la escuela ni en las tareas de la escuela
  8. No castigarle ni llamarle la atención sobre su conducta nunca
  9. Castigarle cada día
  10. Que la madre le diga que no a una cosa y el padre la consienta o viceversa
  11. Chillarle o estresarnos cada día para que haga lo que le exigimos
  12. No jugar ni hablar tranquilamente nunca con él o ella
  13. No establecer ni unos horarios ni unas reglas del juego mínimas
  14. No pedirle que colabore con la casa en las cosas que están a su alcance
  15. Permitirle las mismas cosas que a sus herman@s mayores, o prohibirles a estos porque sino el/la pequeñ@ se enfada o hace una rabieta
  16. No enseñarle unas normas y/o valores, sean del tipo que sean
  17. Creer que nuestr@ hij@ siempre nos miente, acabará haciéndolo
  18. Creer que nuestr@ hij@ es malo, acabará siéndolo
  19. No darle buen ejemplo
  20. No hacer lo que les decimos a ellos que deben hacer
Puede parecer mentira pero a veces no nos damos cuenta y podemos estar haciendo alguna de estas conductas "educativas", las cuales evidentemente resultan malos amigos de cara al buen desarrollo y equilibrio emocional de l@s niñ@s. Es importante tener en cuenta que estos ejemplos no nos los inventamos, sino que se desprenden de diferentes trabajos que hemos realizado con familias.

Thursday, June 21, 2007

Comprensión lectora: la importancia de la modalidad lectora

Una dificultad de aprendizaje muy común en nuestros días es la falta de comprensión lectora, lo que de alguna manera equivaldría a no saber leer, ya que la lectura no es un fin en si mismo, sino un medio que nos permite llegar a unos significados. A menudo l@s niñ@s pueden confundir la lectura con reproducir una serie de sonidos que se encuentran impresos en una hoja, un problema que a veces puede venir asociado al método de aprendizaje de la lectura analítico, con el que la mayoría de adult@s hemos aprendido, es decir , el método fonético. Desde nuestro punto de vista, le lectura no se puede considerar como tal hasta que no se asocia un significado a aquello que hemos descodificado, cuando hemos conseguido resolver el jeroglífico de signos y comprendemos que nos quieren decir todas esas letras impresas.
Una vez el niñ@ ha aprendido a descodificar debe saber que hay diferentes tipos de lectura en función de que objetivo tenga nuestra lectura. Estos diferentes tipos de lectura, los debe conocer y por tanto deben ser enseñados, de lo contrario nos podemos encontrar con niñ@s que leen de forma muy rápida cuando deben hacer una lectura comprensiva y por tanto cuando acaban de leer no han entendido nada de lo que leían, y si les preguntamos sobre lo que han leído recordaran informaciones inconexas con poco sentido o bien podrán incluso cambiar en gran parte el sentido del texto. Por el contrario también podemos encontrar casos en los que realizan una lectura muy pausada, cuando deben de buscar una información muy concreta en el texto por ejemplo una fecha o un nombre, informaciones que podrían buscar de forma mucho más rápida adecuando su modalidad lectora a la intencionalidad de esta, de este modo si no realizan esta adecuación podríamos hablar de ineficacia lectora.
Las modalidades lectoras en función de su intencionalidad u objetivo son las siguientes:
  • Lectura silenciosa integral: es la lectura que utilizamos comúnmente para realizar tareas de comprensión lectora, es decir, la lectura silenciosa completa de un texto que permite asimilar toda la información presente en el texto. Es el tipo de lectura que realizamos cuando leemos una novela o un texto que es de nuestro interés ya sea por placer o para aprender un aspecto determinado.
  • Lectura selectiva: se caracteriza por una lectura rápida de algunos puntos y una lectura atenta de otros, de forma que el lector pretende extraer una idea general del texto profundizando sólo en algunos aspectos que puedan ser de su interés. Lectura que podría ser más propia de la lectura de la prensa, ante algunos artículos que nos pueden interesar parcialmente.
  • Lectura exploratoria: es la lectura que realizamos cuando estamos buscando una información determinada en el texto, como por ejemplo un párrafo que explica un aspecto determinado sobre la temática del texto.
  • Lectura lenta: se trata de una lectura que permita disfrutar de esta, sobre todo en aquello referente a los aspectos formales del texto, como puedan ser los recursos literarios utilizados en una poesía.
  • Lectura informativa: se trata de la lectura que se realiza de forma rápida buscando una información muy concreta, como una fecha, un nombre, un teléfono en la guía telefónica...
Como se puede apreciar estas modalidades lectoras las solemos utilizar l@s adult@s en nuestras lecturas cotidianas en función del objetivo que tengamos de esta lectura, ya sea aprender, disfrutar o encontrar una información determinada. Estos aspectos no se deben menospreciar, ya que estos son los principales objetivos de la lectura, mientras que en muchas ocasiones lo que les pedimos a l@s niñ@s es que lean y ya está, a menudo incluso insistimos en la velocidad lectora o en que no se atasquen cuando leen en voz alta, aspectos que tienen su importancia en el desarrollo de la comprensión lectora pero que no resultan fines en si mismos.
Por estos motivos, que no son pocos, los niños deben saber para que leen y como lo deben hacer, sino acabamos provocando que tengan una lectura ineficaz o en el peor de los casos que rechacen la lectura.
Ante todo resulta indispensable tener en cuenta que toda lectura debe tener un objetivo, aunque sea el hecho de disfrutar o satisfacer una curiosidad, sino deja de ser lectura y se convierte en articulación de fonemas, quien no recuerda las lecturas en voz alta en la escuela, estaban ustedes más pendientes de entender lo que se leía o de vigilar que no les tocase su turno y los pillaran que se habían perdido en la lectura. ¿Cuál era el objetivo de esa actividad? ¿Leer o estar atento a cuando le tocaría descodificar signos a usted?¿Creen que alguien entendía alguna cosa del texto? Eso si con suerte el texto era completo y no se trataba de un fragmento inacabado de otro libro o cuento.

Sunday, June 17, 2007

Fácil detección de problemas de integración interhemisférica

Esta es la llamada figura universal, es una de las herramientas que utilizamos para la detección de problemas de integración interhemisférica, se trata de una sencilla prueba que nos indica la capacidad del niñ@ de percibir la información procedente de cada hemisferio cerebral, así como la capacidad de cruzar la línea media que es la que se correspondería con el cuerpo calloso. Esta figura ya formaba parte del Baby-Bender (publicado en Zazzo, Rene et altres. Manual para el examen psicológico del niño. (1981) Madrid. Ed. Fundamentos) entre otras figuras.
El procedimiento examen es muy sencillo, tan solo se debe enseñar la figura y ell@s lo deben copiar en la misma. Enseguida veremos si es capaz de reproducir adecuadamente la figura, tiene dificultades para cruzar la línea media o realiza una reproducción muy desajustada de la figura. En los dos últimos casos se evidenciaran dificultades de integración interhemisférica, al mismo tiempo que de coordinación visomotora.
Es importante tener en cuenta que el hecho de que realicen correctamente la figura no implica que no posean dificultades de integración interhemisférica, sino que esta fase perceptiva ya la han superado, resulta siempre necesario valorar el desarrollo psicomotor para asegurarnos la ausencia de dificultades de integración interhemisférica, valorando ante todo el grado de contralateralización.

Tuesday, June 12, 2007

CONSULTORIO: Métodos de evaluación de la psicomotricidad

Luis Santana estudiante de psicopedagogia de la Universidad Tecnológica de Chile, nos pedía en un mail reciente un artículo sobre como evaluar el desarrollo psicomotor.

Los metódos de evaluación del desarrollo psicomotor que utilizamos en Clavé son básicamente dos, por un lado utilizamos pruebas estandarizadas y por otra parte, realizamos un estudio del desarrollo psicomotor a partir del método Padovan.
En cuanto a las pruebas estadarizadas utilizamos básicamente dos la Escala McCarthy de aptitudes y psicomotricidad para niños (MSCA) y el Inventario de Desarrollo Battelle.
  • La Escalas McArthy te proporcionan una puntuación típica del desarrollo psicomotor global, es decir, te permiten contrastar el desarrollo del niñ@ con el resto de la población de su edad, permite la valoración entre los 4 y los 8 años. Aparte te permiten una valoración global-cualitativa de diferentes aspectos:
    • Coordinación viso-manual
    • Equilibrio
    • Coordinación de extremidades inferiores
    • Coordinación visomotora
    • Esquema corporal
    • Valoración de la lateralidad (poco completa)
  • El Inventario de Desarrollo Battelle, se trata de un inventario muy completo de evaluación del desarrollo infantil muy completa desde los 0 a los 8 años por ítems evolutivos. Dentro de la escala de motricidad encontramos diferentes subareas como en el resto de escalas de esta prueba, en concreto en la área motriz podemos valorar:
    • Motricidad fina
    • Motricidad gruesa
    • Motricidad perceptiva
Aunque se encuentran más herramientas útiles en el mercado como el curriculo Carolina (más apto para desarrollar programas de intervención), la guia portage o la Escala Brunet-Lezine, nosotros solemos utilizar estas pruebas como herramientas más normativas de evaluación del desarrollo psicomotor, sobretodo el Inventario del Desarrollo Battelle puesto que en casos de dificultades graves también resulta útil de cara a la configuración de planes de trabajo, tanto psicomotor como de otros aspectos clave del desarrollo.

La otra estrategia básica de diagnóstico que utilizamos en relación al desarrollo psicomotor es la valoración de los movimientos clave mediante el método Padovan, empezando la valoración des de los movimientos más básicos, empezando siempre por el plano horizontal en la realización del patron homolateral y valorando el resto de los movimientos básicos con la finalidad de valorar en que estadio se encuentra el niñ@ y a partir de aquí iniciar el plan de intervención. En esta valoración tenemos en cuenta los siguientes aspectos como los más importantes:
  • Grado de espasticidad (rigidez muscular)
  • El grado de contralateralización
  • La coordinación entre las extremidades inferiores y superiores
  • El tono muscular

Friday, June 8, 2007

¿Que problemas puede provocar la lateralidad en el aprendizaje?

En primer lugar conviene decir que la lateralidad debe estar configurada a partir de los cinco años, el niño se puede lateralizar antes pero a esta edad es casi necesario que las dominancias se encuentren bien establecidas, puesto que a esta edad es cuando se empieza a dar más importancia al aprendizaje de la lectoescritura. A partir de aquí nos podemos encontrar básicamente tres tipos de problemas:
  • LATERALIDAD CONTRARIADA
La lateralidad contrariada se produce cuando un niño o niña elige erróneamente una mano para los procesos de aprendizaje, a modo de ejemplo un niño puede elegir la mano izquierda para los trabajos de escritura y dibujo puesto que copia al compañero de delante y por tanto utiliza la mano izquierda. Otra posibilidad es que copie a una persona que resulte significativa para él/ella como el padre, la madre o una maestra importante en su desarrollo escolar.
L@s niñ@s que presentan una lateralidad cruzada suelen presentar un ritmo de trabajo muy lento sobretodo en las tareas de escritura y suelen presentar problemas de coordinación visomotora y orientación espacial.
En estos casos es muy importante realizar un diagnóstico profundo, puesto que el plan de intervención dependerá mucho de esta valoración y la toma de decisiones puede implicar en gran parte el futuro de los aprendizajes del niño. Ante esta situación podemos tomar dos alternativas de actuación en función de diferentes variables:
  1. Realizar un cambio de mano: es decir forzar al niño de forma que utilice la mano que le correspondería de forma innata en los procesos de escritura y dibujo fundamentalmente. No obstante, antes de tomar esta opción que es la que parece más lógica, hay que tener en cuenta una serie de cosas: que el niño o la niña entiendan el problema y se quieran vincular con la solución, es decir, que pongan de su parte en el proceso de cambio; otro aspecto que se debe tener en cuenta es la edad del alumno, nosotros rara vez recomendamos un cambio de mano si tiene más de 9 o 10 años, a no ser que sea mejor el remedio que la enfermedad, ya que a estas edades el camino es muy largo para que ganen una buena destreza con la mano que no está entrenada.
    • Cuando tomamos una decisión de este tipo es conveniente tener en cuenta que se trata de un proceso bastante largo y, en ocasiones, doloroso, ya que sobretodo al principio ven como tienen muy poco destreza con la mano que deben utilizar y deben estar convencidos de que es lo mejor para ell@s. En caso contrario si son los agentes educativos los que están insistiendo constantemente en que cambie de mano y él/ella no quiere, lo más probable es que le acabemos causando dificultades a nivel emocional y no consigamos que utilice la mano correctamente, de modo que al final será una perdida de tiempo ya que volverá a usar la mano que había elegido y habrá perdido un tiempo precioso.
  2. Potenciar al máximo la mano que ha escogido: en este sentido conviene potenciar todos los aspectos básicos de la movilidad manual y su destreza, potenciando de este modo el tono muscular, la direccionalidad, la coordinación visomotora y las habilidades finas como el recortado o el pintar.
  • LATERALIDAD CRUZADA
La lateralidad cruzada se produce en cuanto el niño o la niña presenta un cruce entre la dominancia ocular sensorial y la dominancia manual, por ejemplo, un niño presenta una clara preferencia hacia la mano derecha, mientras que se detecta que el ojo dominante sensorialmente es el izquierdo o viceversa.
En estos casos las principales dificultades que se suelen dar son relativas a la orientación espacial y por tanto, de forma consecuente suelen provocar dificultades en relación al desarrollo de la lectura y la escritura. Estas dificultades de orientación se producen porque el niño/a carece de eje corporal definido que le permita orientarse externamente o en el plano. Cabe decir que much@s adult@s y niñ@s presentan una lateralidad cruzada y no necesariamente presentan o han presentado dificultades de aprendizaje, en estos casos lo más común es que hayan desarrollado mecanismos que han compensado las dificultades que puede generar la lateralidad cruzada.
En cuanto detectamos una lateralidad solemos iniciar dos tipos de trabajo:
  1. Por un lado, solemos contar con el soporte de un/a especialista en optometria para que evalúe la causa de la lateralización ocular contraria a la manual, puesto que en ocasiones esto puede ser debido a la presencia de alguna dificultad de tipo refractivo (agudeza visual), a la presencia de un "ojo vago", entre otras dificultades oculares. Los optometristas entonces deciden si se debe realizar algún tipo de intervención a nivel ocular como sea potenciar el "ojo vago", cambiar la lateralidad ocular, ...
  2. Normalmente, l@s niñ@s con la lateralidad cruzada suelen tener dificultades de tipo psicomotriz, con lo cual se inicia un trabajo de este tipo para reforzar el domino corporal y por tanto, potenciar los ejes corporales de espacio. Al mismo tiempo, también se suele trabajar la orientación en el espacio como requisito básico para su progresión en el resto de aprendizajes.
  • DÉBIL LATERALIZACIÓN
En otras ocasiones nos podemos encontrar con niñ@s que entorno a los 6 años aún no han establecido unas preferencias laterales claras, con lo cual no disponen de ningún tipo de referente de ubicación espacial. En estos casos conviene no forzar la lateralización, puesto que nos podríamos equivocar potenciando un lado que tal vez no es el dominante. Ante esta situación la mejor opción consiste en potenciar todas las fases del desarrollo psicomotor, de forma que así potenciamos el dominio corporal y de forma natural acaban adquiriendo una dominancia lateral.
En estos casos las principales dificultades que podemos encontrar son un retraso en la adquisición de la lectura y la escritura, torpeza motriz y dificultades en términos generales para el progreso en los aprendizajes básicos de la etapa de Educación Primaria (6-12a).

Thursday, June 7, 2007

La importancia de la lateralidad en el aprendizaje

A menudo oimos hablar de la lateralidad como un aspecto importante para el correcto desarrollo de los aprendizajes y así es. El establecimiento de la lateralidad implica el asentamiento de un lado del cuerpo en la realización de la mayoría de tareas, esta dominancia se establece en 4 partes importantes de nuestro cuerpo siendo estas el ojo, la mano, la pierna y el oído. En nuestra sociedad la mayoria somos diestros, la cual cosa no implica que el hecho de ser zurdo pueda implicar la presencia de dificultades a nivel de aprendizaje, aunque resulta importante tener en cuenta que el tipo de escritura que realizamos está pensado, por su direccionalidad, para personas diestras y este hecho implica ciertas incomodidades para los zurdos, (como podemos ver en la fotografia, a menudo deben adoptar posiciones incomodas para poder ver aquello que escriben) al igual que muchos de los mobiliarios escolares.
En el único aspecto en el que es recomendable que se establezca unicamente una dominancia diestra es en oído, aunque el resto de las dominancias sean zurdas, esto es debido a que el procesamiento de la información auditiva es más eficaz desde el oído derecho, mientras que desde el oído izquierdo este procesamiento de la información resulta más lento y por tanto menos eficaz.
El establecimiento de una lateralidad bien definida implica que el niño y la niña puedan tener unos referentes corporales más claros, facilitando de este modo el dominio del esquema corporal y de este modo la orientación espacial que resulta tan importante en el desarrollo del aprendizaje de la lectoescritura.
En el estudio de la lateralidad resulta fundamental distinguir entre las tareas aprendidas y las tareas innatas, puesto que en algunas ocasiones l@s niñ@s copian de otras personas la preferencia manual en las tareas de lectura y escritura, mientras que en otras tareas de tipo más innato como sean abrir una puerta, coger las cosas peinarse, ... utilizan la mano contraria, pudiendo haberse equivocado de este modo al utilizar la mano no dominante en tareas de aprendizaje.
Otro aspecto relevante a tener en cuenta en el estudio de la lateralidad consiste en distinguir entre dominancia ocular motora y dominancia ocular sensorial, puesto que de lo contrario, valorando tan solo la dominancia ocular motora podemos realizar diagnósticos erroneos de lateralidad cruzada. La dominancia ocular motora es aquella que nosotros escogemos de forma innata para realizar acciones como por ejemplo mirar a traves de un tubo o un calidoscopio o mirar a lo lejos a traves un hueco. En cambio la dominancia ocular sensorial es la más importante en relación al aprendizaje, ya que es la que guia los procesos de percepción, conviene tener en cuenta que para la valoración de esta dominancia deber estar correctamente configurada la binocularidad.